REDACCIÓN.- A menos de una semana del ataque terrorista en el Bajo Manhattan, Nueva York, una nueva masacre tiñe de luto Estados Unidos. Un tiroteo en una iglesia deja al menos 27 muertos y 24 heridos.
El pistolero la emprendió a tiros en un templo bautista en Sutherland Springs, a 45 kilómetros al sureste de San Antonio, Texas, según informaron autoridades locales. Luego fue abatido por los agentes de seguridad que acudieron al lugar del incidente. Aún se desconoce su identidad.
Tras el hecho, la policía cerró el área y se desplegó un fuerte contingente policial y personal del FBI, en el pequeño pueblo, que alberga a unas cuatrocientas personas, la mayoría de descendencia anglosajón y al menos un 20% latinos”, según el congresista de Texas Vicente González.
Varias ambulancias y camiones de bomberos acudieron al lugar del incidente para socorrer a las víctimas. Algunos heridos ya fueron trasladados en aviones.
Tras conocer el hecho, el presidente Donald Trump escribió en su cuenta de twitter. “Que Dios esté con el pueblo de Sutherland Springs, Texas. El FBI y las agencias de la ley (seguridad) están sobre el terreno. Estoy siguiendo la situación desde Japón”,
La iglesia donde se produjo el tiroteo es de la rama primero batista, y en su página de Facebook, dice que organiza misas, enseñanza dominical, estudio de la Biblia y ayuda a veteranos, entre otras actividades.
El último ataque de esta envergadura en una iglesia estadounidense ocurrió en Charleston (Carolina del Sur) en junio de 2015, cuando un joven blanco, entró a una iglesia y mató a tiros a nueve personas afroamericanas.
Hace apenas un mes, también un hombre blanco de 64 años, disparó a ráfagas contra miles de asistentes durante un concierto de música Country, en Las Vegas, dejando 60 muertos y más de 500 heridos.
Y hace menos de una semana, un inmigrante uzbeko atropelló a peatones y ciclistas en el Bajo Manhatan, Nueva York, dejando a 8 muertos y 12 heridos.
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